¡Hola,...será por tu bien!
¡Estoy encantado de traerte una nueva entrega esta vez sobre el autor novel!
Antes de nada, quiero darte las gracias: sois muchos los que me habéis enviado vuestras dudas y vuestros casos personales. ¡Espero que la sesión anterior te sirviera para resolverlas! Si tú aún no lo has hecho, ¡no seas tímido! Contesta a este mail y cuéntame tu caso para que pueda ayudarte.
Y ahora, deja que te haga una pregunta: ¿cuántas veces has empezado a escribir una novela y, al cabo de cincuenta páginas, o de ochenta, o de ciento veinte, has tenido que abandonar la idea porque no sabías por dónde continuar la historia? Estoy convencido de que, como a mí hasta hace unos años, te habrá pasado en muchas ocasiones.
Ya te digo que a mí también me pasaba… pero entonces algo cambio: descubrí el secreto para que eso no volviera a ocurrirme. Desde entonces, todos los proyectos que he empezado los he llevado hasta el final. Algunos incluso después de años de tenerlos guardados en un cajón. Solo tenía que abrir el archivo y seguir trabajando donde lo había dejado tiempo atrás por tener que atender a las peticiones que me hacían las editoriales. ¿No es alucinante?
Pues si quieres tener el mismo éxito a la hora de terminar tus historias, presta muchísima atención a lo que te cuento en la sesión de hoy. Te doy mi palabra de que si aplicas lo que te voy a contar, jamás volverás a dejar una novela sin terminar.
Así que, aquí tienes estos avances gratuitos
Un abrazo.
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A lo largo de los días anteriores, te he estado mostrando algunos de los aspectos más importantes que tendrás que tener en cuenta a la hora de escribir una novela con la intención de iniciar una carrera como escritor profesional.
Sin embargo, hay un tema del que todavía no te he hablado. Un tema importante, que yo mismo sufrí personalmente. Es un asunto tan crucial, que prefiero hablarte de él en persona. Por ese motivo, quiero mantener un contacto directo, así que dejo a tu elección el día y la hora para mantener una conversación, siempre que no tenga ese tiempo comprometido de antemano. Espero me contactes para asignarte día y hora.
Te ruego que no faltes, porque te voy a hablar de tú a tú de un aspecto muy personal, algo que hizo que mi carrera como escritor diera un salto adelante que en aquel momento me parecía imposible. Y estoy seguro de que lo que voy a contarte puede significar un antes y un después también para ti.
¿Has escuchado alguna vez esa frase que asegura que la mayoría de las novelas se rechazan después de leer solo las primeras páginas? Es muy probable que no te lo creas, pero es verdad.
Esto tiene un motivo sencillo: vivimos cada vez más en un mundo que nos bombardea con mil impulsos por minuto: nos invaden los mensajes por todas partes: si no consigues que tu mensaje destaque, llame la atención de inmediato, el lector no se fijará en tu novela, no le dará una oportunidad.
Los editores y los asesores editoriales lo sabemos, y por tanto, si una novela no te marca al principio, es más que probable que sea rechazada sin más.
De manera que lo que debes conseguir es que, desde el principio, tu novela coja al lector por el cuello y no lo suelte. ¿Será difícil conseguirlo?
Pues en realidad es de lo más sencillo y puedes lograrlo usando dos métodos diferentes.
Hola, nuevamente con ustedes,
Hoy voy a explicarles desde mi experiencia, que la inmensa mayoría de los autores noveles que se animan a escribir una novela desconoce la enorme cantidad de elementos que es necesario construir para que su obra funcione correctamente. Esto provoca problemas a varios niveles. Por un lado, es habitual que estos autores escriban 20, 50 o 100 páginas, pero que terminen abandonando el proyecto porque no saben cómo continuarlo. Por otro lado, en caso de llegar hasta el final, la obra tendrá carencias importantes, porque habrá contado una historia que ninguna editorial seria quiere publicar, o que no consigue buenas ventas en la autopublicación.
Si queremos escribir una buena novela, una novela que enamore a las editoriales y enganche a los lectores, la clave está en conocer los engranajes que hacen que esa novela sea irrechazable. Es ahí donde el autor debe poner su foco. Una novela es una cosa muy compleja, muy delicada, que requiere del equilibrio interno entre decenas y decenas de diversos elementos de los que, en su mayoría, ni siquiera hemos escuchado hablar. Y así, cuando llegamos a un punto en el que necesitamos aumentar la tensión dramática no sabemos cómo hacerlo. O cuando necesitamos un incidente no sabemos qué hacer. Y así pasa no solo con eso, sino también con otras herramientas imprescindibles como conflictos, personajes, tramas, obstáculos, arcos dramáticos, giros narrativos, desarrollo de personajes, creación de espacios, lógica interna, motivaciones, deseos, clímax, intensidad, acciones… y decenas de otros elementos imprescindibles para una novela y que supondrán un cambio importante: que se hagan interesantes para el lector.
Temario en desarrollo
Tema I – Introducción
Dedicar las primeras sesiones a realizar un acercamiento a la novela, sus elementos básicos y funcionamiento.
Tema II – Géneros
Conoceremos qué esperan tus lectores dependiendo del género literario por el que te hayas decantado: policíaco, ciencia ficción, histórica, terror, erótico o fantasía.
Tema III – El Clímax
¿Cómo construir un buen final para tu novela? A eso dedicaremos tres sesiones completas para que el lector quede satisfecho al concluir tu obra.
Tema IV – Argumento
Necesitas un argumento sólido, sin lagunas ni errores. Aprenderás a construir tramas potentes y a utilizar de forma adecuada los giros narrativos para enganchar al lector.
Tema V – Conflicto
El conflicto narrativo es el motor de tu novela. Descubrirás cómo plantear conflictos impactantes, que enganchen a los lectores desde la primera página para que no suelten tu libro.
Tema VI – Obstáculos
Necesitas tensión narrativa y los obstáculos te ayudarán a conseguirla. Aprenderás a usar el deseo y las acciones de tus personajes para que el lector vive su historia con intensidad.
Tema VII – Historia
¿Qué le vas a contar a tus lectores? Sin una buena historia, tu novela está perdida. Nos enfocaremos en la construcción de historias interesantes para el lector.
Tema VIII – Personaje
El personaje es el alma de tu novela. Aprenderás a crear personajes inolvidables, que dejen huella en el lector y provoquen emociones duraderas durante la lectura
Tema IX – Retórica
La retórica es la base de la narrativa desde la Antigua Grecia. Veremos cómo usarla a nuestro favor con el objetivo de crear historias que nos permitan llegar al corazón del lector.
Tema X – Acción
En narrativa, todo depende de la acción. La historia avanza en base a las acciones de los personajes. Descubrirás cómo crear una cadena de acciones intrigante y efectiva.
Tema XI – Tiempo
La clave para enganchar al lector es saber ubicar los diferentes elementos de tu historia en el tiempo. En este tema aprenderás a hacerlo para dejar al lector siempre con ganas de más.
Tema XII – Espacios
Aprende a crear estructuras espaciales únicas para que el mismo lugar en el que ocurren los acontecimientos de tu novela tenga impacto en la mente del lector.
Tema XIII – Diálogo
Tus personajes cobran vida a través del diálogo. Pero además, este ha de servir para que la historia avance de un punto a otro. Aprenderás a hacerlo de forma efectiva y natural.
Tema XIV – Descripción
Para que tu lector visualice adecuadamente el mundo de tu historia, la descripción es fundamental. Desarrollarás las virtudes que te permitirán crear descripciones inolvidables.
Tema XV – Ambientación
No basta con mostrar el mundo al lector: hay que sumergirlo en él, lograr que sienta, huela y perciba lo mismo que el personaje. Aprenderás a crear ambientaciones inmersivas.
Tema XVI – Emoción
Escribimos para emocionar. Este tema te aportará las herramientas que necesitas para llevar hasta el lector emociones intensas y vívidas para dejar una huella indeleble en su mente y corazón a través de tu novela.
Anexo I – Bloqueo Creativo
Este anexo está pensado para entregarte herramientas que te permitirán romper los bloqueos creativos.
Anexo II – Errores a evitar
Los atores noveles cometen una serie de errores recurrentes. Estos son los más habituales que deberías evitar.
Anexo III – Figuras Literarias
El embellecimiento del lenguaje es importante para llevar la emoción al lector. Analizaremos sus principios.
Anexo IV – Legalidad
Es importante que tengas en cuenta algunos aspectos legales relativos al autor y la publicación de sus obras. Estudiaremos lo que necesitas tener en cuenta.
Anexo VI – Marketing
Un escritor necesita posicionarse en el mercado como autor. Te guiaré por los principios que necesitas dominar para lograrlo.
Anexo VI – Ortografía y Gramática
Un curso completo de ortografía y gramática para que pulas tu escritura y mejores tu estilo a fin de presentar textos limpios.
Anexo VII – Buscando editorial
Te guiaré paso a paso para que puedas realizar una búsqueda editorial eficiente y aumentar tus posibilidades de publicación.
Anexo VIII – Autoedición o coedición
Si prefieres optar por la autoedición, te mostraré tus opciones y herramientas para que obtengas el mejor resultado posible.
Anexo IX – Analizando tu novela
Este último anexo te permitirá, en base a unos ejercicios especialmente diseñados, analizar tu novela con intención de comprobar si realmente es capaz de enamorar al lector y, por tanto, las editoriales estarían dispuestas a apostar por ella
En este blog vamos a hablar de la literatura desde su vertiente novelística y, por tanto, de ficción. Este artículo está centrado en la narrativa para novela como género literario y en la ficción como herramienta para escapar a otros mundos, para vivir historias que se alejan de lo mundano, del día a día. Pero hay más literatura fuera de la ficción. Existe un género literario que se basa exclusivamente en el mundo real, que bebe de acontecimientos que ocurren en el mundo, y que además de buscar emocionarnos mediante la escritura también quiere informarnos de esos hechos. Me refiero al periodismo literario. Hoy os voy a explicar en qué consiste.
Tabla de contenidos
Qué es el periodismo literario
Los protagonistas
Algunos ejemplos de periodismo literario
A sangre fría, la obra maestra del periodismo literario
Qué es el periodismo literario
Pensamos en el periodismo como en las clásicas noticias que dan en los informativos de televisión o, como mucho, en los artículos de los periódicos que se hacen eco de los sucesos. Generalmente son textos formales, neutros en cuanto a la transmisión de emociones, y que se limitan a exponer unos hechos sin posicionarse (para eso están secciones como la editorial o las opiniones personales). Sin embargo, el periodismo literario, bautizado como «nuevo periodismo» por el autor Tom Wolfe, va mucho más allá.
En este género se deja de lado esa frialdad para entrar de lleno en una narración tal y como la conocemos en la novela o los relatos. La base fundamental sigue siendo una noticia, un suceso, pero en esta ocasión las personas involucradas se convierten además en personajes con trasfondo. Y ya no vale con exponer lo ocurrido, sino que el periodista-escritor debe profundizar en el trasfondo, en la situación personal de los ahora personajes literarios. Y además lo hace usando el lenguaje de la narrativa, esto es, desarrollando una historia clara, una trama, mediante herramientas clásicas de la escritura literaria: diálogos, descripciones, recursos estilísticos…
Los protagonistas
Esto es muy importante cuando hablamos de periodismo literario: en esta modalidad se incide en darle voz a los involucrados de manera activa, incluso aunque se utilice un entorno de ficción. Sin embargo, la trama principal no puede dejar de ser verídica. A veces este protagonismo absoluto de las personas involucradas es tan grande que la voz del periodista-escritor desaparece por completo del texto. Es muy habitual que una obra enclavada en el periodismo literario reproduzca textualmente las declaraciones de los afectados, aunque también se puede crear a un personaje ficticio para enmascarar la identidad de los implicados, sobre todo cuando se trata de una historia escabrosa.
En cualquier caso, es preferible poner nombre y apellidos reales a los personajes de una obra o artículo dentro del periodismo literario. Al fin y al cabo la intención del autor es conmover al lector, y para ello nada mejor por parte de este que tener la certeza de que lo ocurrido en la obra aconteció de verdad. Esto es algo que algunos periodistas comprendieron sobre todo a partir de los años 60, al comprender que la transmisión de noticias se había vuelto algo frío. Los típicos boletines eran tan anodinos que a la gente ya no le afectaba nada de lo que leía.
Algunos ejemplos de periodismo literario
Seguro que habéis leído un montón de artículos que podrían estar enclavados en el periodismo literario. Abundan sobre todo cuando ocurre una gran desgracia colectiva. Por ejemplo, cuando estalló la guerra de Ucrania surgieron infinidad de artículos narrando la experiencia de los civiles desplazados. Es una manera excelente de plasmar el horror de una catástrofe global: nos centramos en los efectos sobre un individuo, mostrando los terribles efectos en una sola vida, para luego entender la envergadura de que eso mismo le esté pasando a muchas otras personas. Porque contar la historia general de que hubo un terremoto en Turquía, dar datos crudos sin más, no nos afecta apenas. Por desgracia, nos hemos acostumbrado e insensibilizado a eso. Pero cuando le ponemos cara y nombre a la desgracia, eso nos ayuda a empatizar.
Pero el periodismo literario también se desarrolla fuera de los medios de comunicación tradicionales. Está presente en nuestro formato preferido, la novela. Existen antecedentes de Hemingway y Orwell en sus artículos sobre la Guerra Civil española, que posteriormente se convirtieron en novela, pero la edad de oro del periodismo literario novelesco tuvo lugar en los años 60. Hay ejemplos magníficos, como la obra ganadora del premio Pulitzer en 1980, La canción del verdugo, de Normal Mailer. Una historia muy cruda sobre un condenado a muerte por asesinato en Estados Unidos. Para realizar esta obra el autor entrevistó a los testigos del caso real, lo que deja claro que el peso de la historia no está en la ficción. En España, por ejemplo, tendríamos el caso de Territorio comanche, de Arturo Pérez-Reverte, que parte de las vivencias del autor como corresponsal de guerra en los Balcanes.
A sangre fría, la obra maestra del periodismo literario
Aunque la obra más referida cuando hablamos de periodismo literario es sin duda alguna A sangre fría, de Truman Capote. El punto de partida no podía ser más crudo: en 1959, dos ex convictos entraron en la granja de la familia Clutter para robarles. Como no encontraron la caja fuerte que esperaban hallar, despertaron a toda la familia y les amenazaron para que les revelaran dónde estaba el dinero. Pero en la hacienda no había nada de valor, así que en un arrebato uno de ellos le cortó el cuello al cabeza de familia, y luego dispararon al resto, niños incluidos.
Y esta fue la historia que Truman Capote adaptó casi de manera literal, pero utilizando todas las posibilidades que la novela brinda. Capote narra un asesinato que pasó sin pena ni gloria por los medios de comunicación, y que sin duda habría quedado enterrado en el olvido. Pero utilizando las técnicas de la literatura de ficción, dándole forma de auténtica narración (planteamiento, nudo, desenlace, descripciones, diálogos, etcétera), consiguió que aquella historia destinada a no ser recordada produjera un impacto imperecedero en la sociedad. Fue el propio autor quien se refirió a su obra como un nuevo género literario, la «novela de no ficción».
Estoy seguro de que más de una vez has empezado a leer una novela que has terminado abandonando. No te enganchaba, la historia te parecía plana, no había tensión… Por el contrario, en otras ocasiones te encuentras con novelas que, sin saber por qué, no puedes dejar de leer. Empiezas y cuando te das cuenta llevas dos horas de lectura y has pasado cien páginas.
¿Cómo es posible que unos escritores logren ese efecto y otros no? Pues es muy simple: porque algunos saben utilizar una serie de recursos narrativos y otros no. Esos recursos son los giros narrativos.
Seguro que has escuchado hablar de los giros narrativos, pero también estoy seguro de que, hasta ahora, nadie te ha explicado en profundidad qué son ni cómo trabajar con ellos.
Por supuesto, no voy a poder explicarte todos los giros narrativos que se pueden utilizar. Eso es un tema que desarrollo en mis cursos de narrativa y necesito ¡cuatro horas para hacerlo! Y es que hay muchos tipos de giros narrativos: los que dependen de la construcción narrativa; los relativos a la analepsia, es decir, al uso del tiempo en la narración; los que tienen que ver con la anagnórisis, ese arte de sorprender al lector usando revelaciones impactantes; los relacionados con los elementos que utilizamos en nuestra historia o con los elementos circunstanciales… ¡Y eso son solo las categorías! Dentro de cada una de ellas hay una infinidad de giros diferentes. ¿Ves por qué no te los puedo contar todos aquí?
Pero eso no significa que te vaya a dejar colgado… Al contrario. Te he preparado un artículo con vídeo de dieciséis minutos incluido en el que te explico, con pelos y señales, cómo trabajar con uno de los giros narrativos más utilizados en la actualidad: el Cliffhanger.
Es posible que hayas leído cosas sobre el Cliffhanger, pero pocos lo usan correctamente. Y lo que es aún más importante: pocos lo utilizan en el momento adecuado.
De nada te sirve utilizar un recurso si lo utilizas mal o en un momento equivocado. Lo único que lograrás será desperdiciar chispa y talento para nada. Por eso es tan importante que leas con atención el artículo y te concentres durante los 16 minutos del vídeo que lo acompaña.
Te dejo un breve adelanto:
“Básicamente, la idea del cliffhanger consiste en dejar una escena a medias. Pero claro, no sirve cualquier escena, ni cualquier momento narrativo.
La traducción de Cliffhanger sería algo como “quedarse colgado de un acantilado”. De hecho, la película Máximo riesgo, de Sylvester Stallone, se titula Cliffhanger en idioma original y cuenta la historia de un montañero que se queda más de una vez colgando de sus dedos y a punto de caer en el acantilado. Así que imagínate: estás viendo por primera vez una película, por ejemplo, Indiana Jones y el templo maldito, y resulta que, ya al final, el bueno de Indi está agarrado con los dedos al puente colgante, con el río y los cocodrilos debajo y el sacerdote malvado a punto de arrancarle el corazón… ¡Y justo en ese momento se va la luz!”.
Créeme, después de esto, nadie será capaz de soltar tu novela hasta llegar al final.
La mayoría de los autores suelen comentar que tienen problemas a la hora de escribir sus diálogos. Se dice a menudo que los diálogos son fríos, que no retratan a sus personajes...
Es habitual encontrar diálogos poco naturales, en los que las voces de sus personajes no se diferencian adecuadamente, con una abundancia terrible de verbos dicendi en las acotaciones, con un abuso sorprendente de vulgarismos, y un largo etcétera de errores.
Esto hace que los diálogos no funcionen, no aporten contenido de calidad a una novela. Y si hay una cosa que debes tener clara es: todo lo que no aporte a tu novela, es un lastre para el lector.
¿Cómo podemos solucionar esto? Pues una vez más, usando la técnica. Debes aprender algunas técnicas narrativas que te ayudarán a escribir diálogos mucho más efectivos, con capacidad para crearle emociones al lector, que al final es lo que pretendemos con una novela.
Y para eso, te traigo este vídeo con seis consejos importantísimos que no puedes dejar de utilizar si quieres darle un salto de calidad a tus diálogos.
Como ya os he contado en varias ocasiones, además de ser un buen cocinero, mejor que escritor, también realizo correcciones y ayudas con manuscritos inéditos a escritores noveles desde hace mucho tiempo. Por mis manos y ojos han pasado libros en magníficos, mejores y peores. ¡Puedo alardear de haber sido la primera persona en disfrutarlos! Por desgracia, algunos después de valorarlos como «aptos» fueron rechazados por la editorial. ¿Y por qué se rechaza una buena obra? Hoy hablaremos de uno de los motivos, que no es ni más ni menos que un clamoroso error del autor: no saber elegir la editorial adecuada.
Tabla de contenidos
El gran error al elegir editorial
La clave para elegir editorial: conocer el mundo editorial
Cómo elegir la editorial adecuada para tu novela
El gran error al elegir editorial
Siempre señalo que la mayoría de rechazos editoriales se deben a problemas de incorrección, ya sea por mala ortografía, por temas de estilo, o por cuestiones de argumento y trama. Este tipo de problemas se solucionan con tiempo y una buena formación en talleres y cursos de narrativa adecuados (como los que yo mismo imparto), pero sobre todo leyendo mucho. Pero hay fallos que no tienen nada que ver con estos aspectos técnicos, si no que son fruto de un absoluto desconocimiento del gremio en el que el autor inexperto quiere meterse, y que hace que falles en algo tan simple como elegir la editorial adecuada para tu novela.
En todos esos manuscritos que me suelen llegar me he encontrado, por ejemplo, con novelas cuyo argumento se desarrolla a finales del siglo XX… ¡enviadas a una editorial que sólo publica novela histórica! De hecho, no hace demasiado tiempo leí un manuscrito con dos tramas en paralelo: una transcurría en eras prehistóricas y otra en nuestra época. También he visto novelas de ciencia ficción enviadas a sellos editoriales que sólo publican romántica, o historias de fantasía épica para editoriales cuyo catálogo está formado por obras de narrativa contemporánea. ¿Lo único bueno de todos esos casos? Que a los lectores editoriales y a los editores nos facilitáis mucho el trabajo de descarte. Cualquier obra que no cumple la línea de la editorial se va a la papelera de un plumazo. Para evitar este al comienzo, quiero explicarles que la clave para elegir editorial está en conocer el mundo editorial.
Vamos a dar un paso atrás y a imaginarnos que no somos escritores, sino cualquier otro tipo de profesional que busca trabajo de lo que sea. Un soldador, por ejemplo. Destinamos un día a recorrer empresas en las que dejar nuestro currículo. La lógica nos dice que sólo deberíamos perder el tiempo en empresas relacionadas con dicho sector, ¿verdad? A nadie se le ocurriría buscar trabajo de soldador en un supermercado, así que ahí ni nos detenemos: es evidente que no podrán darnos ese trabajo que buscamos. Entonces, ¿por qué no hacer lo mismo con nuestra novela? ¿Por qué la enviamos a editoriales que no tienen nada que ver con la historia que hemos escrito?
Ya os lo digo yo: por puro desconocimiento del sector editorial. Nunca nos hemos parado a pensar en cómo funciona el mundo del libro, de hecho creemos que todas las editoriales son iguales y, lo más importante, publican de todo. Enorme error. Hay editoriales que sólo sacan libros de un género concreto. Es bastante raro a día de hoy encontrar editoriales que publiquen un catálogo heterogéneo, sin restricciones. Ni siquiera los grandes grupos, ya que estos se dividen en diversos sellos. Cada uno está especializado en una temática o género, cuyas publicaciones girarán en torno a su línea editorial. Un ejemplo clarísimo: Minotauro es un sello propiedad del Grupo Planeta especializado en publicar literatura fantástica, de terror y ciencia ficción. Y nada más. Si les envías tu novela romántica ambientada en un escenario real, sin pizca de fantasía, es más que evidente que no van a querer publicarte. No porque sea una mala obra, sino porque no entra en la temática de su catálogo.
¿Entonces cómo elegir la editorial adecuada para tu novela?
Cuando alguien se plantea trabajar en una profesión, cualquiera, no basta con que sepa hacer dicho trabajo de manera eficiente. Además tiene que conocer todo lo que rodea a ese gremio lo mejor posible. Aunque suene injusto, no basta con que seas un buen escritor, también necesitas saber cosas que en principio nunca serán tu trabajo. Y conocer cómo se mueve el sector es fundamental para lograr acceder a ese círculo reservado a tan poca gente. Esto se consigue informándote, buscando información en Internet, relacionándote con otros autores más veteranos. La mayoría somos gente accesible, nos gusta compartir lo que hemos aprendido con los años (o no estarías leyendo este artículo). Es más, una parte de mis cursos de narrativa está dedicada precisamente a darte a conocer cómo funciona el mundo editorial.
Pero es que ni siquiera necesitas un sesudo trabajo de investigación para saber qué hacer con tu manuscrito. El consejo que más veces he dado en este tiempo es muy básico y fácil de llevar a cabo. ¿Cómo sé a qué editorial debo enviar mi novela? Vete a una librería, busca la sección de géneros literarios y párate en esa temática en la que está enclavada tu novela. Luego coge un libro, anota qué editorial la pública; y luego otro libro, y otro, y otro. También puedes hacerlo a través de Google, por supuesto. En cualquier caso, cuando termines, tendrás anotados los nombres de varias editoriales que publican el mismo tipo de novela que tú has escrito. Ahora ya puedes buscar sus webs para ver qué material piden para una primera valoración, con la seguridad de que esas editoriales, en principio, estarán abiertas a tu obra. En apenas un rato te has quitado de encima una de las posibilidades de rechazo. Ahora tienes un montón de puertas a las que llamar.
Conclusiones
No quiero engañaros: elegir la editorial adecuada para tu novela no garantiza que te vayan a publicar. Incluso teniendo en cuenta que vuestra novela sea técnicamente un buen trabajo, hay otros factores que podrían provocar un rechazo: si tu novela tiene temática Steampunk y esa editorial ya ha publicado recientemente una obra similar, quizás no quiera repetirse. O tal vez tienen todo su calendario de publicaciones cerrado durante un par de años y no os pueden colar (en ese caso verás en su web el temido “recepción de manuscritos cerrada”). Sí, ya sé que todo esto son cuestiones tediosas, que vosotros sois escritores, pero las cosas son como son. Ser escritor no es solo escribir.
Hace un par de años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo y otras en un pendrive que nadie quería publicar. Pero mientras no me quede neutralizado, pues iba a las librerías que me y les pedía permiso para una presentación que siempre me facilitaban. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales nacionales e internacionales con distribución en otros países, y tengo acuerdos para otras dos novelas que aún no he escrito, y sí, ¡les puedo confirmar que es posible vivir de la escritura!
Un abrazo.
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